Alejandra Ibarra Muñoz

Carta sin enviar

No puedo confinar mis sentimientos en las celdas del mutismo. Exististe, existes y existirás en el guion semestral de mis memorias. No te busqué, tú arribaste a mi sendero, tus pasos y los míos se cruzaron, tu voz sin buscarla, llego a mis oídos aquel día de febrero. Te confieso que fue fácil que mis ojos captaran tu presencia entre la multitud, quizá no creas y desconfíes de la reacción que tuve al mirarte,no sé qué tenías y que sigues teniendo, simplemente fue de nuevo esa luz verde que di a mis instintos para que disfrutaran de tu compañía. Creí haberte conocido desde hacía mucho tiempo, tú no eras un simple foráneo más, vi en ti un toque especial que no tenían el resto,sin embargo tus palabras no eran del todo sinceras, algo escondías y efectivamente lo comprobé, en fin, nadie es perfecto; yo aprendí a querer hasta los peores momentos de tu vida, los meses a tu lado se hicieron años; contigo gasté mis fuerzas, mis risas se escucharon hasta la tierra en que nacimos, la misma que sin saberlo nos vio crecer, esos días mis enojos y reproches complementaron nuestras vivencias, hoy a kilometros respiro tu perfume y abrazo tu silueta... mi almohada. 

 

AIM

22 de junio de 2014.